. La gallega Marta Silva, séptima, mejor representante
española en el torneo junto a Carlota Ciganda, más aire fresco para el prolífico
golf femenino español
. Lee-Anne Pace se sitúa con este triunfo en el número 1
del Ranking Europeo
La sudafricana Lee-Anne Pace se ha estrenado en la tarea de
inscribir su nombre en la codiciada peana del trofeo del Open de España
Femenino –poblado cada vez más, por cierto, de jugadoras de impresionante
renombre–, un triunfo de reconocido prestigio que además le vale para arrebatar
el número 1 del Ranking Europeo a la francesa Gwaldys Nocera.
La doble satisfacción de Lee-Anne Pace, bien visible en su
iluminado y brillante rostro, constituye una experiencia ganadora más en una
carrera jalonada de numerosos e importantes triunfos, siete ocasiones ya
elevando los brazos al cielo como reconocimiento a sus repetidos títulos dentro
el Circuito Europeo Profesional.
Experta en la victoria, ha sido precisamente esa acumulación
de situaciones ganadoras lo que resultó decisivo para derribar la creciente
oposición de la sueca Mikaela Parmlid, jugadora huérfana de galones
triunfadores que sin embargo ejerció una correosa resistencia hasta el último
momento, una machacona oposición que, aunque no fructífera, dotó al Open de
España Femenino de las altas dosis de emoción y espectacularidad que siempre le
han caracterizado.
No en vano, la presente edición del Open de España Femenino,
que ha tenido a Marta Silva y Carlota Ciganda, empatadas en la séptima plaza,
como las españolas más destacadas, ha constituido una clase magistral de golf a
cargo de una jugadora convincente, de eterna sonrisa, que la amplió de oreja a
oreja a base de continuos aciertos.
En la primera jornada, Lee-Anne Pace esperó pacientemente
instalada en la tercera plaza mientras Cheyenne Woods, la sobrina de Tiger
Woods, acaparaba durante los primeros 18 hoyos el máximo protagonismo. Luego,
en cuanto tuvo oportunidad, se instaló en la parte más alta de la clasificación
acompañada fielmente por la francesa Celine Herbin, que aguantó a base de brío
las sucesivas enseñanzas de la sudafricana sobre el Club de Campo Villa de
Madrid, un recorrido majestuoso, digno de la Candidatura Olímpica
Madrid 2020 a
la que representa, que la citada Lee-Anne Pace domó a base de paciente
estrategia.
Su prolongado mano a mano con Celine Herbin –que se extendió
durante 36 hoyos– se quebró sin embargo a las primeras de cambio en la última y
decisiva jornada. El hoyo 1, un par normalmente 4 ampliado a 5 con motivo del
torneo, era lugar propicio para el éxito, y Lee-Anne Pace no desaprovechó la
ocasión de inscribir un birdie más en su valiosa tarjeta.
Machacona en el acierto, la golfista sudafricana sentenció
posteriormente el torneo con una propuesta demoledora, tres birdies
consecutivos, entre los hoyos 5 y 7, que minaron la resistencia de la francesa
Celine Herbin, digna y privilegiada espectadora, en el partido estelar, del
mágico mano a mano establecido entre Lee-Anne Pace y la sueca Mikaela Parmlid,
inasequible al desaliento a pesar de la evidente diferencia en sus respectivas
hojas de servicio.
Ni siquiera un doble bogey de la sudafricana en el hoyo 17
revirtió un destino ya escrito –“no me puse nerviosa, a pesar del error tenía
la situación controlada”, declaró quien es experta en todo tipo de situaciones
límite–, punto y final a lo que en conjunto constituyó una clase magistral de
buen golf a cargo de la nueva número 1 del golf europeo profesional.
En las cercanías del triunfo, con actuaciones asimismo
convincentes, Marta Silva, Carlota Ciganda –ambas séptimas– y Laura Cabanillas –duodécima–
se distinguieron como las mejores españolas.
Mención especial para Marta Silva, muy digna representante
del nuevo y refrescante aire que caracteriza al golf femenino español en los
últimos años. La golfista gallega ascendió como la espuma gracias a dos últimas
tarjetas de 69 golpes que ponen de manifiesto su innata calidad.
“He aprendido que hay que tener paciencia, que el único
camino para llegar arriba es tener serenidad en cada momento. Acabé la segunda
jornada desesperada, pero pronto me di cuenta de que lo mejor es hacer lo que
sé”, autoanalizaba con acierto una jugadora de enorme proyección que acabó
empatada en la séptima plaza con Carlota Ciganda, compañera de miles de
batallas en un pasado reciente en todos los Campeonatos de España.