miércoles, 31 de diciembre de 2014

McIlroy se quedó con el bastón de mando en el golf mundial


El norirlandés Rory Macllroy, con 25 años de edad, tuvo en el 2014 su mejor temporada como golfista y recibió el galardón de ser el tercer mejor deportista de Europa. Para muchos, Rory debió estar en la parte alta del podio y en verdad, lo merecía.

El jugador de Irlanda del Norte, quien llegó al profesionalismo en septiembre del 2007 con solo 18 años, generaba todas las expectativas y anhelos para llenar el vacío que había quedado en el golf europeo desde las épocas fabulosas de Severiano Ballesteros y Nick Faldo. Sus éxitos como aficionado y el maravilloso talento que mostraba eran más que suficientes para abrigar esa esperanza.

Ganar en cualquier disciplina deportiva en la rama profesional es bien difícil y cualquier victoria es un suceso, pero cuando existen ayudas como tener el mejor carro o un brillante equipo que te arrope, las cosas son más asequibles. En el golf no sucede eso: estás en la soledad con el más angustioso de los juegos, en el que se siente la agonía y el éxtasis y no puedes fallar durante cuatro días seguidos, en los que compites con 150 pares de inmenso nivel.

Lo de McIlroy en el 2014 es de ensueño: ganó el WGC Bridgestone y luego dos Majors, el Abierto Británico y el PGA Championship. No contento con ello, fue el líder del equipo europeo en la paliza que le dieron a los estadounidenses en la Copa Ryder, y además le agrego el triunfo en la Carrera a Dubái, el título más importante del golf europeo. Fue primero en la lista de ganancias del PGA Tour y también en Europa. Vaya año fenomenal. Él mismo lo describió así: “Obviamente esta ha sido la mejor temporada de mi carrera por mucho, y ganar la Carrera a Dubái, por segunda vez, en realidad es algo muy especial”.

Al igual que Tiger Woods, Rory también ha pasado por severos cambios, tanto en su juego como en su vida personal. Cambió de palos, de Titleist a Nike,  y eso le costó casi un año de adaptación. Cosa igual paso con la bola. Hubo cambios en sus patrocinadores y ahora maneja una batalla legal con Horizon Sports Managment, compañía que manejaba su carrera. McIlroy dijo en noviembre: “No jugaré los  dos torneos del WGC en China. Me prepararé  para mi problema legal con Horizon”. Sentimentalmente también tuvo un fuerte bache, en diciembre del 2013 le propuso matrimonia a su novia, la tenista Caroline Wozniacki, y en mayo de este año, deshizo lo acordado y dio por terminada su relación.

A diferencia de Tiger, el norirlandés en vez de tener un bajonazo en su juego, creció y mucho. Terminó el año con el bastón de mando del golf, a la espera de convertirse en el sexto jugador en la historia en obtener los cuatro títulos de Grand Slam, solo le falta el Masters, que, a propósito, le jugó una mala pasada en el 2011: con vueltas de 65, 69 y 70, era líder por cuatro golpes para la última ronda, pero un desastroso cierre de 80 impactos lo mandó al puesto 15 de la clasificación final.

Los golfistas nos sentimos cómodos con este nuevo comandante, con el que disfrutamos sus triunfos y aún más su espectacular ‘swing’.