lunes, 10 de enero de 2022

Juan Postigo y Jon Rham se encuentran en Hawái

 



El mundo del golf es propicio para brindar grandes noticias. Y una de ellas se ha producido esta semana, fruto del interés de los circuitos profesionales en devolver a la sociedad parte de todo lo que reciben de ella. Así, los mejores jugadores discapacitados del mundo han tenido la ocasión de compartir torneo con los ganadores del PGA Tour de 2021, el Sentry Tournament of Champions de Hawái, cada cual en su categoría. Y en el elenco se han encontrado dos españoles: Juan Postigo y Jon Rahm. El golfista vasco, ganador del último Open USA, ya está acostumbrado a participar en esta fiesta por su recurrente costumbre de ganar torneos en Estados Unidos, pero para el cántabro era su primera vez gracias a su tercer triunfo en el Campeonato de Europa.

«Nos llegó la noticia de que veníamos a Maui hace más o menos un mes y los preparativos han sido muy complicados por el Covid pues he estado autoconfinado todo el mes para poder ponerme a punto», comenta. A causa del aumento de contagios en España, y en Cantabria en particular, Juan y su pareja decidieron aislarse de la vida social y solo salían de casa para entrenarse, lo que les hizo «pasar las fiestas un poquito tristes». «Aunque fue por un buen propósito y con un buen resultado. Por suerte en Pedreña ha hecho muy buen tiempo y pude preparar bien el golf».

Sin embargo, toda la ilusión inicial del proyecto se vino abajo temporalmente en

cuanto la nueva variante pandémica le atacó colateralmente. «La hija del caddy que me traía, Miguel Dorronsoro, dio positivo y él no pudo acompañarme, y en el propio aeropuerto de Bilbao mi novia se encontró con un problema con el pasaporte Covid y no la dejaron viajar. Así que tuve que hacer un desplazamiento de 26 horas en solitario, lo que nunca es fácil», se lamenta el de Puente Arce. Afortunadamente, en cuanto puso pie en el archipiélago, la sonrisa le volvió al rostro pues se vio tratado como una gran estrella del deporte.

Una experiencia inolvidable

Para alguien acostumbrado a encontrar el reconocimiento con el sudor de su frente, tirando de talento y de fuerza de voluntad tras múltiples pasos por el quirófano, verse de pronto rodeado por la élite del deporte mundial es algo que no olvidará nunca. «Aquí nos han recibido muy bien, estamos alojados muy cerquita de los profesionales en un sitio magnífico -explica-. He estado en otros torneos de elite, compartiendo cancha de prácticas con ellos, y siempre les encanta vernos para compartir nuestra experiencia y comprobar que todos somos diferentes, y que, aunque tenemos swings distintos, luego la bola vuela igual para todos. Pero lo de esta ocasión, verte rodeado por los 39 mejores del PGA Tour, es inexplicable». Y entre todos ellos, reencontrarse con un viejo amigo, Jon Rahm, fue de lo mejor que ha vivido últimamente. «Hacía años que no lo veía. En el pasado habíamos coincidido en algún torneo y en concentraciones de los equipos nacionales, pero verle como número uno del mundo, ya padre y con el peso que ahora mismo tiene en el mundo del deporte es toda una inspiración», comenta emocionado.

Lo recuerda todo vívidamente. «Estuvimos hablando un rato y me dedicó unas palabras muy bonitas, que me dejaron claro que sigue siendo el mismo chaval vasco que conocí hace más de diez años. Espero poder verle pronto otra vez en España o en cualquier otro evento en el que podamos coincidir». Y en cuanto al juego, el amputado declara con su gran sentido del humor: «Ha sido una experiencia maravillosa, aunque el campo es una barbaridad, lo más duro que visto en mi vida. Este Plantation Course es un ‘matapiernas’ y a mí ya no me quedan muchas. Afortunadamente, al jugar en buggy pudo disfrutarlo al máximo».

Fuente: ABC